El Poder del Acuerdo
22.03.2020 22:48
(Mateo 18:19)
El Texto que acabamos de leer, encontramos un tremendo Poder generado dentro del Sistema de la Oración, es un Principio a el cual apelamos cuando encontramos situaciones difíciles en tiempos difíciles. Es un poder que muchas veces lo subestimamos, lo ignoramos o lo mal entendemos y por eso nos desganamos en aplicar este principio cuando en ocasiones no vemos las cosas como las esperamos.
Jesús le dio una enorme importancia al ponerse de acuerdo en la oración. Mateo cita las palabras de Cristo respecto al acuerdo en la oración, en relación con la forma en que se debe reaccionar cuando un hermano peca contra usted, y sobre cualquier medida disciplinaria que la iglesia deba tomar. Dentro de este contexto, Cristo declara tres principios generales, que son de amplia aplicación e impacto. Todos tienen correlación en esta enseñanza referente a la oración (Mateo 18:18-20).
1. Al pueblo de Dios se le ha otorgado poder para atar y desatar (v. 18).
2. El pueblo de Dios tiene especial poder cuando se pone de acuerdo en oración (v. 19).
3. Al pueblo de Dios se le garantiza la presencia de Cristo cuando se reúnen para orar (v. 20).
Estos principios son leyes del reino y de la oración que van más allá de lidiar con un hermano que ha pecado. Son verdades para todos los aspectos de la oración, en su relación con los intereses absolutos del reino de Cristo.
La oración unida es probablemente la expresión más poderosa de unidad cristiana; y el ponerse de acuerdo en oración es la forma más concreta y poderosa de la oración unida. Constituye la actividad cimera de la oración en grupo. Esta no reemplaza a la oración privada, sino que le sirve de punto de partida. La oración unida no conduce obligatoriamente a la oración privada, mas esto siempre es posible.
En Primer lugar Hay un Poder en el Acuerdo. Esto es algo de lo que debemos estar claro, Siempre CLARO., el acuerdo en la Oración genera una Explosión en el Mundo Espiritual del tercer cielo. El acuerdo desata un mover de la mano de Dios. Es importante entender que la desunión, la separación, el egoísmo y las heridas emocionales tendientes al resentimiento, la amargura y la falta de perdón no es el ámbito que abre los cielos. No.!!!! A lo contrario los cierra, se vuelve como Bronce y aún peor se da lugar al segundo cielo, el área de los demonios.
Para Jesús la oración del acuerdo es la de mayor significado entre todas. La oración hecha por dos o tres en auténtica sinfonía es de muchísimo mayor peso que la oración que se realiza de manera normal, tocante al mismo asunto, en la que participan miles de personas quienes no tienen verdadera unidad cuando claman de corazón, ni auténtica determinación de que se efectúe la voluntad de Dios, ni verdadera intercesión prevaleciente. Jesús habló acerca de dos que se reúnen "en su nombre" (Mateo 18:20). En el griego quiere decir literalmente "dentro de mi nombre". Este texto nos habla de penetrar dentro de todo lo que el nombre de Jesús significa. No sólo creemos en Cristo, también oramos juntos en consagración a él, compartiendo su amor, percibiendo su sentir y las prioridades de su voluntad.
Dios está buscando gente que se ponga de acuerdo, y que en el altar con una Oración persistente y poderosa en la palabra de Dios seamos provocadores de milagros y de grandes eventos de Dios en la Historia de la Humanidad. ¿Pero que necesitamos? Acuerdos simple y llanamente ACUERDOS. ¿Sera esto difícil ?. Siiiiiiiiiiii., porque el hombre de Hoy se ha vuelto muy egoísta, nadie quiere el acuerdo. Todo el mundo está buscando sus propios intereses. Nadie está buscando Socios en la Oración que traigamos la GLORIA de DIOS a la gente. Podemos oír la voz profética del profeta Ezequiel 22:30 diciendo: “ Dios está buscando gente que se ponga de acuerdo. La Biblia dice uno hace correr a mil y dos a DIEZ MIL. Eso es poder de DIOS. ¿Que significa esto?. Significa que si dos personas ungidas, llenas del Espíritu Santo, con un manto profético en la Intercesión, en un nivel Sobrenatural, se ponen de acuerdo, se duplicara la efectividad de los que claman por lo que claman. Son Creyentes sinceros, gente que quiere ver la Gloria de Dios, son hijos de Dios Llenos del Espíritu Santo, esto hará temblar al segundo cielo, el lugar de la maldad. Donde están conspirando las huestes espirituales de maldad para la destrucción de la familia, la iglesia y la nación, serán sacados a la luz por valientes Guerreros que han entendido el Poder del acuerdo. Aleluya.!!!!
Ahora en este acuerdo debe haber armonía, porque la mínima célula de oración es DOS, pero pueden haber más de dos y entre ellos debe haber Armonía.Requiere completa unidad, armonía acuerdo en la oración. El término griego es "symphoneo" (literalmente sonar a la vez), del que viene nuestro vocablo sinfonía. Cuando los diversos y numerosos instrumentos de una gran orquesta suenan a la vez en perfecta armonía, le damos el nombre de sinfonía. Debemos orar hasta que exista un completo acuerdo sinfónico entre aquellos que oran.
Cuando existe esta perfecta Armonía, se hace posible y se garantiza su efectividad por la misma presencia de Cristo. El es el grande, eterno y continuo Intercesor. El vive para interceder (Hebreos 7:25). El está encantado de que nosotros nos unamos para orar, y desea que nos pongamos completamente de acuerdo en la oración. El se une a nosotros, cada momento, cuando estamos de acuerdo, en nuestra sinfonía de oración. ¿Podrían dejar de ser efectivas tales oraciones? Cada vez que dos se reúnen, en realidad hay tres reunidos. Cuando se reúnen tres, hay de veras cuatro. Cuando se reúnen veinticinco, hay veintiséis. Cristo mismo siempre está presente, agregándose a la oración unida y, en particular, en el acuerdo en la oración.
En Segundo Lugar encontramos aquí, que el Acuerdo tiene estamentos, principios, que harán que la oración sea escuchada.
Y aquí me refiero a que el acuerdo debe estar cimentado en la voluntad de Dios.
No son Oraciones carnales, egoístas, no son intercesiones periódicas fundamentadas en asuntos que huelen más a oraciones de manipulación o hechiceras que a espirituales. Son acuerdos firmados en un compromiso bilateral entre el Guerrero y Dios. Los Guerreros y los intercesores que usan o basan su intercesión en el poder del Acuerdo, buscan la voluntad de Dios en la tierra no la maniobran, ellos traen la voluntad de Dios.
Hablar de Oración en común acuerdo, es un Pacto que hacemos con nuestros co-iguales, hermanos compañeros de oración y Guerreros que se ponen de acuerdo a clamar por una necesidad en especifico.
En tercer hay que Orar en el Nombre de Jesús. El nombre de Jesús, cuando estamos seguros de que oramos según la santa voluntad de Dios, nos brinda confianza y autoridad en la oración, y especial denuedo en la batalla espiritual. El nombre de Jesús debe facilitar la unidad necesaria para la oración del acuerdo; y debe ser el misil espiritual que nos permita atravesar por los impedimentos y las barricadas de Satanás. Hay poder y autoridad en el nombre de Jesús.
El Espíritu anhela obrar de manera poderosa, pero salvo el pecado premeditado, no hay nada que lo contriste más que la falta de unidad, ni existe nada como la unidad para darle la libertad que le hace falta para obrar en nosotros y por medio de nuestras vidas. Mientras más fuerte sea nuestra unidad, más a plenitud se manifiesta su presencia y más podemos valernos de su poder. Cuando el Espíritu ve a los hijos de Dios unidos en la portentosa unidad de la oración del acuerdo, con corazones que laten al unísono, con anhelos, lágrimas, esperanzas, y fe mezclados en santa unidad, El se introduce en nuestro orar. El es poder: todopoderoso. El pone en práctica la autoridad de Jesús. El se gloría en proporcionar victorias en el nombre de Jesús.
*En cuarto lugar ¿Como convenir en el acuerdo?
Cuando dos o más cristianos están dispuestos a ponerse de acuerdo en oración en cuanto a una necesidad, ¿qué pasos pueden dar para lograr que su unidad en la oración se convierta en verdadero acuerdo de corazón y alma, la clase de acuerdo que cumple con las condiciones que dio a conocer Jesús en Mateo 18:19? Le ruego que no se convierta en legalista en lo que a seguir la secuencia sugerida se refiere. Más bien, estos son aspectos que el Espíritu ha de emplear y en los que usted puede buscar la ayuda del Espíritu, con el fin de ponerse de acuerdo en una oración que prevalezca.
Ponerse de acuerdo en determinar la necesidad.Procuren que haya unidad al ver la necesidad por la que se ora, los porqués de la necesidad y cuán urgente es la misma. Mientras más se entienda y se sienta la necesidad, más clamarán sus espíritus a Dios en unidad, a medida que se dan a la tarea de interceder. Procure ver las cosas desde el punto de vista divino y trate de comprender por qué es importante para Dios. Procure ser completamente imparcial, para que pueda ver las cosas como las ve Dios.
Ponerse de acuerdo con ansias profundas en relación a la contestación de Dios. Quizá ya Dios le ha concedido a cada uno de ustedes el ansia de verlo a El actuar para contestar esta oración. Mas al hacerle frente juntos ante el trono de Dios, cada quien contribuye a aumentar el deseo del otro, a medida que se aprueban entre sí. No vacile en orar con lágrimas pueden ser de mucho valor a los ojos de Dios (Salmo 56:8). Jesús oró con tales ansias que ofreció "ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas" (Hebreos 5:7).
Ponerse de acuerdo en concederle a Dios plena libertad para actuar. Pónganse de acuerdo acerca de que en realidad los caminos de Dios son más elevados que los de ustedes, y que puede ser que Dios tenga una respuesta muchísimo mejor de lo que ustedes aun pudieron imaginarse (Isaías 55:8-9). Pónganse de acuerdo acerca de que el tiempo señalado por Dios es insuperable: es el tiempo perfecto. Pónganse de acuerdo acerca del hecho de que Dios no tiene la obligación de mostrarles por adelantado la forma en que se propone dar respuesta a las oraciones de ustedes.
Llegue a un acuerdo en cuanto a lo que es la voluntad de Dios en el asunto. Para orar con efectividad es muy útil percibir lo que Dios desea hacer en cuanto a una necesidad. Usted puede estar de acuerdo en el sentido más profundo y de manera más completa y poderosa, cuando cada uno de sus compañeros de oración está seguro de la voluntad de Dios en el asunto. Como ya he dicho, hay cosas que siempre constituyen la voluntad de Dios. Otras peticiones de oración se formulan por asuntos acerca de los cuales no sabremos la voluntad de Dios hasta que El nos la revele.
Siempre es la voluntad de Dios salvar a los perdidos, bendecir a su pueblo, reavivar a la iglesia y extender su reino. Puede o no ser la voluntad de Dios concederle un empleo a una persona en el preciso momento en que usted se lo pide. La persona por la que usted ora puede estar fuera de la voluntad de Dios en algún aspecto, y puede ser que Dios le esté enseñando una lección en particular que demora algún tiempo en aprenderla. Puede ser que a Dios le haga falta enseñarle una lección de fe. Puede ser que Dios provea una mejor oportunidad más adelante y que existan una serie de posibilidades. El éxito en un asunto en particular, tal como la sanidad, la elección de una persona en particular o el solucionar una disputa en la iglesia, puede ser que tengan que ver con numerosas posibilidades entre las que Dios tiene un plan que usted desconoce.
Pero, a medida que usted participa en la oración unida, le es posible llegar a una conciencia cada vez más clara de la voluntad de Dios o de los pasos que debe dar. Mientras que siguen orando juntos, el Espíritu Santo puede ser que comience a darle testimonio de lo que es la voluntad de Dios en este asunto, y que le dé así profunda paz y gozosa anticipación. Usted puede llegar a tener la certeza de lograr un acuerdo verdaderamente espiritual.
Ponerse de acuerdo en reclamar y apropiarse de las promesas. Unirse en hacer suya propia la promesa concreta para la necesidad específica. Hace falta más que asentimiento intelectual de que la promesa es, realmente, la palabra de Dios. Pedro, el día de Pentecostés, dijo lo siguiente: "Porque para vosotros es la promesa" (Hechos 2:39). Busque llegar a una convicción profunda y unida de que la promesa es en verdad para usted y del inequívoco consejo de Dios acerca del asunto por el que usted ora. No basta con estar de acuerdo mentalmente. Ore hasta llegar a un acuerdo de corazón.
Es necesario estar unidos, no sólo en que la promesa está disponible para usted, sino también de que usted está parado ahora sobre la misma. Usted se ha apropiado de la promesa. Regocíjense de que Dios tiene al mundo entero en sus manos, de que Dios ha tenido conocimiento de esta necesidad aun antes que usted se percatara de ello, y que El ha estado obrando aun antes que usted comenzara a orar por el asunto.
Ponerse de acuerdo en santa determinación de que la respuesta de Dios se hará realidad.¿Es lo suficientemente importante para usted y para la causa de Dios esta petición, que una vez que se unen en oración por la misma, no se dará por vencido hasta obtener el testimonio de la respuesta de Dios? A veces Dios concede la seguridad de que la respuesta ha sido concedida, antes de que la veamos hacerse realidad ante nuestros ojos. Pónganse de acuerdo en que se unirán en oración por la contestación, hasta haber obtenido la inequívoca seguridad de que la respuesta de Dios está en camino.
Ponerse de acuerdo en los pasos de obediencia. Frecuentemente, al orar, Dios le guía a dar ciertos pasos. Puede que sea para que se unan más personas en la oración, o para apartar tiempos especiales de oración o aumentar los períodos de oración en favor de la petición. Quizás Dios le muestre algo que obstaculiza su oración. Tal vez le muestre cosas que usted deba hacer o que la persona o grupo por los que se ora deban realizar. Cada acto de obediencia al que Dios lo dirija habrá de aumentar su fe. A menudo hay que preparar el camino del Señor mediante la obediencia.
Ponerse de acuerdo en darle a Dios toda la gloria. Puede que no sea esencial que los demás se enteren de que usted ha estado orando. Pero a veces ese conocimiento es importante para la persona por quien se ora, más a menudo es preferible no decir nada. La respuesta es de Dios. No toque la gloria que sólo le pertenece a Dios. Manténgase en un plano secundario. No busque la gloria para su iglesia, su organización o su familia, ni tenga motivos egoístas. Es fácil que se cuele nuestro yo en las oraciones, de tal modo que ni nos demos cuenta. Existe mucha oración en favor del éxito que está más preocupada por el yo que por Dios. Pónganse de acuerdo en que Dios habrá de recibir toda la gloria.
Existen emocionantes ejemplos bíblicos relacionados con el acuerdo en la oración. Cuando Moisés tuvo que hacerle frente a la desobediencia y a la incredulidad de Israel, Aarón y él en repetidas ocasiones se pusieron de acuerdo en la oración. Lo vemos por primera vez cuando los amalecitas atacaron a Israel en Refidín. Moisés, Aarón y Hur subieron una colina, y luego Aarón y Hur sostuvieron en alto los brazos de Moisés, mientras que éste oraba. Este acto simbolizaba su acuerdo en la oración (Exodo 17:8-16). Las manos de Moisés fueron las que principalmente se levantaron, mas junto con las de Moisés se levantaron las de Aarón y las de Hur.
En Cades Barnea, cuando Israel quería regresar a Egipto, "Moisés y Aarón se postraron" en oración delante del Señor (Números 14:5). Cuando Dios estaba a punto de destruir a todos los israelitas que se habían rebelado junto con Coré, Moisés y Aarón nuevamente se postraron delante del Señor (16:22). Al día siguiente (v. 45), cuando Israel murmuró porque tenía sed (20:6), los vemos de nuevo postrados, en acuerdo, ante el Señor.
A lo largo del ministerio de Jesús en la tierra, no tenemos prueba de que sus discípulos alguna vez se pusieran de acuerdo con El en oración. No cabe duda de que Cristo a menudo anhelara tales oraciones, muy en particular en Getsemaní (Mateo 26:38-45). Lo más probable es que la mayor parte de los diez días que estuvieron en el aposento alto los hayan pasado en oración unida. Pero a medida que se prolongaba el tiempo que pasaban en oración, lo más probable es que llegaran al punto de la unión y el acuerdo en la oración en favor de la promesa del Espíritu Santo. Puede ser también que el Espíritu haya retrasado su venida hasta que los 120 se hubieron puesto de acuerdo en oración (Hechos 1; 14; 2:1). Sin duda que en Hechos 4:24-31, el grupo lleno del Espíritu, reunido en el aposento alto, oraban en acuerdo.
Pedro y Juan hicieron la oración del acuerdo en Samaria (Hechos 8:5-17), y muchos de la iglesia también la hicieron cuando Pedro estaba en la cárcel (12:5, 12). Todo parece indicar que el movimiento misionero de Pablo y Bernabé se inició mediante una reunión de oración de este tipo (13:2-3). Aunque ausente en el cuerpo de la iglesia en Corinto, Pablo puede haber estado haciendo la oración del acuerdo junto con ellos (1 Corintios 5:4).
El Pentecostés metodista en Londres fue, obviamente, un tiempo de acuerdo en la oración. En el diario de Juan Wesley, con fecha 1 de enero de 1739, se registra cómo él, su hermano Carlos, Jorge Whitefield y más de sesenta hermanos se encontraban orando. "Cerca de las tres de la madrugada, mientras que continuábamos orando, el poder de Dios vino en abundancia sobre nosotros, de tal manera que muchos clamaron con gozo y muchos cayeron al suelo. Tan pronto como nos hubimos recuperado de aquella sorpresa y perplejidad a causa de la palpable majestad de Dios, irrumpimos a una voz, diciendo: "Te alabamos, oh Dios, y reconocemos que tú eres el Señor".
Es el tiempo de descubrir el poder del acuerdo en la Oración para empezar a traer el Reino de Dios a la gente y a la Iglesia. Estamos escuchando ecos o sirenas de Emergencia porque hoy como nunca antes el enemigo de nuestras Almas está dispuesto a detener o a impedir lo que Dios quiere hacer con nosotros y a través de nosotros en la Iglesia. Es un tiempo para destruir y derribar las obras del maldad del Enemigo, escuche a el Profeta Jeremías diciendo: “ Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar”.
Es el Tiempo de quitar del camino lo que por años a estorbado y encender el más grande avivamiento en la Historia de esta nación, el acuerdo es Hoy o nunca.
Autor: Pastor Roberto Velazco
¿Necesita a Jesús?
Haga esta oración: Padre celestial, yo reconozco que soy un pecador, y que mi pecado me separa de ti. Hoy creo que Jesús murió por mí en la cruz y que Dios Padre lo resucitó de entre los muertos. Me arrepiento de todos mis pecados, y voluntariamente, confieso a Jesús como mi Señor y Salvador. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago un pacto contigo Jesús. Señor, te pido que entres a mi corazón y cambies mi vida. Si hoy muriera, al abrir mis ojos, sé que estaré en tus brazos. ¡Amén!