Los cuatro ámbitos de la fe
Cuando te conectes con tu propósito verás la provisión y la sanidad. ¡Nuestra
iglesia es impulsada por el propósito!
“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él
las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.” Juan
14:12
Cuando encuentras tu propósito, encuentras tu prosperidad. Cuando un pastor
habla solamente a las necesidades de la gente, la mantiene en necesidad.
Cuando oro por los enfermos, la gente se sana. He notado que a veces la
enfermedad vuelve, y no entendía por qué sucedía esto, pero no es obligación
que yo entienda para que obedezca. La razón por la que esta gente se enferma
otra vez es que abre puertas al enemigo.
Por la fe entendemos. Primero creemos y luego entendemos. El Señor me dijo
que mucha gente pierde su milagro porque lo han recibido a través de la fe de
alguien más. Esta gente nunca tuvo la revelación y el conocimiento acerca de su
milagro. Alguien más ejerció fe por ellos. La fe funciona con el conocimiento. Tú
no puedes creer algo que no conoces.
Existen cuatro ámbitos de fe:
1. Fe en Sus obras:
“Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera,
creedme por las mismas obras”. Juan 14:11
“Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los
que no vieron, y creyeron”. Juan 20:29
Éste es el menor ámbito de la fe porque crees sólo porque ves. Jesús
demostraba y luego enseñaba. Hoy, el 95% de las iglesias enseñan más de lo
que demuestran.
2. Fe en Su Palabra:
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Romanos
10:17
La palabra de Dios es el fundamento de cualquier fuente que produzca fe. No
viene por dormirse en el servicio, sino por oír la palabra de Dios continuamente.
Cuando yo digo: “oír”, es en presente, no en pasado. Oyendo la Palabra tanto
como puedas, desarrolla tu fe. ¡No razones la Palabra!
3. Fe en la palabra “jréma”
¿Qué es una “jréma”? “Jréma” es una palabra para el momento, para el AHORA,
para una situación específica que tienes ahora. ¿Alguna vez le has pedido a
Dios que te hable, y de repente la prédica es precisamente lo que le pediste a
Dios que te respondiera? Eso es una “jréma”.
Jesús no caminó sobre esta tierra confesando promesas; Él caminó con fe
revelada. Debe haber un lugar en el proceso de tu caminar con Dios en que Él
tenga que hablarte sobrenaturalmente. Los profetas vienen con palabras “jréma”.
Una palabra profética da dirección.
Una palabra “jréma” es suficiente para cambiar tu destino. ¡Dios quiere hablarte
AHORA!
4. Fe en Dios
La fe en Dios es la forma más alta de fe. No tienes que verlo u oírlo,
simplemente crees en Él.
“Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se
arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” Números
23:19
¡Dios no es hombre! ¡Quítale los límites! ¡Levántate y cree que Él no es hombre!
Él no piensa ni actúa como hombre. ¡Él quitará toda enfermedad! Pregúntate,
¿qué es real para ti? ¿Es tu dolor o Dios? Es fácil decir que es Dios, pero
cuando viene un problema, sabes qué es más real para ti.
Si es tu dolor, verás que eso te controlará; y si es Dios, entonces nada te
moverá. ¡Ni siquiera el diagnóstico médico podrá moverte! No importa cómo esté
tu negocio, nada te sacude si Dios es real para ti. ¡No limites a Dios!
Muchos predicadores dan mensajes muy bonitos, pero no los demuestran. Si
estás enfermo, cree que Dios te sana ahora. ¡Ten fe en Sus obras! Si tienes
problemas de oídos, dolor en tu cuerpo o cualquier enfermedad, ¡recibe su
sanidad ahora!